No a las bocinas

Lo comprobé ayer en la Fiesta Escolar de "Sácale partido al Cole" donde 20.000 niños pitaban con sus bocinas en el partido que disputó el Sevilla F.C. con el Sevilla Atlético.

Era insoportable estar en el estadio y alrededores, se oía las bocinas a un kilómetro de diámetro de nuestro estadio y bueno está, que disfruten los niños en una fiesta de estas características, pero por favor, no llevaros esta bocina a la capital de España.

Madrid la tenemos que conquistar con nuestros cánticos, esas canciones que nadie es capaz de entonar como el sevillismo, nosotros animaremos como hay que hacerlo, como lo hicimos en Gelserkinchen, en Eindhoven, en Mónaco, en Glasgow o en todos los partidos de casa.

Tenemos que suplir ese ruido "pésimo" que ofrece la bocina por el ánimo que alienta un "Vamos mi Sevilla, vamos Campeón.." o "Animar a mi Sevilla, para mi es un privilegio....", o con ese Himno del Centenario, cualquiera de los que estamos ya acostumbrados a entonar cuando el Mejor Equipo del Mundo salta al césped.

Por todo ello abogo por no hacer sonar ni una sola bocina, lo veo una "catetada" y es lo que se oye normalmente en el Santiago Bernabeu en cualquier partido que disputa el mayor mangante de la historia. Lo presencié en el partido que asistí para ver a nuestro Sevilla F.C. en tierras capitalinas hace dos años.

A Madrid, con las gloriosas banderas y bufandas, y la garganta afinada para entonar las canciones que están dando la vuelta al mundo y que enamora por donde quiera que va.

NO A LAS BOCINAS.