Un querer y no poder fue el partido de vuelta de la UEFA que disputó el Sevilla FC contra el Hannover 96 en el dia de ayer, catalogándo el paso por esta competición con un claro SUSPENSO.
El equipo se entregó en “cuerpo y alma” pero no fue suficiente para lograr remontar la eliminatoria que nos hiciera seguir en el camino europeo. Estoy seguro que si nos hubiéramos llevado cinco días más jugando este partido, no habríamos conseguido anotar más goles, porque cuando “la pelotita” no quiere entrar, no entra.
Me gustó mucho la actitud del equipo, peleando cada balón y haciendo todo lo posible por llegar arriba, aunque faltó el acierto de gol, y cuando esto falla, mala cosa.
Es momento de reflexionar y hacer autocrítica para dar con los errores cometidos, desde el Presidente, hasta el último utillero del equipo, solo así se crece.
Solo nos queda centrarnos en liga y Copa del Rey, intentar conseguir los objetivos marcados y que el equipo demuestre el enorme proyecto que hay para seguir siendo un referente en Europa.
De sombrerazo ayer la afición, es única, la mejor, es el mayor activo que tiene el club y estuvo en todo momento al lado del equipo, incluso cuando terminó el partido se escucharon cánticos de ánimos para unos jugadores que lo dieron todo.
Por último, lamentar la actitud de algún que otro vecino (indudablemente no sevillista) de nuestro pueblo, que en la noche de ayer quiso demostrar su “alegría más inquina” con la tirada de varios cohetes cuando finalizó el partido, así como también en el gol del equipo alemán. Mal camino éste si queremos conseguir ser un ejemplo para los niños y demostrar que el fútbol es un deporte competitivo y que siempre debe de existir una rivalidad sana. Esto puede dar pie que algún descerebrado (que los hay en todos los sitios) haga cualquier acto como represalias que después lamentemos todos.
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