Los que me conocen bien saben que me gusta ser muy crítico con todo lo que me gusta y aquello donde participo, porque pienso que es la única forma de crecer y de sumar, aunque también reconozco que mis críticas las realizo de puertas para dentro y en los lugares adecuados, y aunque este blog es mi casa, tambien es un sitio público y no siempre me gusta criticar de forma aireada a algo que quiero, como es el caso del Sevilla Fútbol Club. Lo del último partido fue bochornoso y espero que no vuelva a suceder el esperpéntico espectáculo que dio el equipo.
El pasado sabado pudimos comprobar la "cara fea" del equipo sevillista en el partido que nos enfrentó al Real Madrid. Un partido en el que los nuestros pensaban más en la feria que en los importantísimos tres puntos que había en juego y que hubieran sentenciado casi definitivamente la clasificación por octavo año consecutivo en competición europea.
Pero esto del fútbol es así, cuando menos te los espera, salen tus jugadores al terreno de juego con los brazos caidos y sin ganas de entregar lo que tienen que dar cuando se colocan la camiseta del Sevilla FC, haciéndonos pasar dos horas de auténtica verguenza.
El Real Madrid ni se tuvo que emplear a fondo, con solo el 50% nos metieron 6 goles, que bien pudieron ser 12, sin que ningún jugador nuestro le opusiera la más mínima resistencia y pundonor.
Lo que si quiero resaltar es a esa mágica grada norte, donde se ubican los únicos y mejores aficionados que se puedan tener en un estadio de fútbol, los Biris Norte volvieron a formarla, de verdad, como saben hacerlo, tocando ese sentimiento tan dificil de explicar, dando leña a los jugadores cuando merecían, lo mismo que los alentaban cuando los nuestros lo necesitaban. Fue un auténtico espectáculo, de emoción, de sonido, de color y es que son inigualables. Contagian con su fuerza a todo un estadio y forman un ambiente que si los jugadores quieren, la Bombonera se convierte en un fortín donde nadie puede robarnos ningún punto.
Si no creéis lo que os digo, mirad este video.
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