Se presagiaba una muy buena tarde ayer en Sevilla, o por lo menos, con esas premisas, viajábamos hasta la capital los sevillistas de Huévar del Aljarafe, confiados en ver al equipo que dio serias muestras de mejoría en Madrid hace cuatro días.
Pero tal y como comenzó el partido, vimos que la cosa no pintaba bien y los gestos con la cabeza se sucedían presagiando que nos harían de sufrir más de lo esperado.
Así era, tras una pésima primera parte, donde no tengo claro si nuestros jugadores eran sabedores del importantísimo partido que estaban disputando, los minutos pasaban y ninguna ocasión clara de gol, un juego horrible y la sensación de equipo totalmente apagado.
La segunda parte comienza con un cambio. Entra Kanouté por Romaric. No comprendo como puede haber tantas rotaciones en nuestro equipo. Creo que es el equipo de primera división donde concurren más rotaciones y cambios de esquemas, perjudicando la base solida del equipo.
Las bandas no existían, Navas y Perotti para descambiarlos, el centro del campo tampoco hacia nada por comandar la nave, y la defensa seguía haciendo las mismas desaplicaciones de siempre. Un fiasco de partido.
Y eso que teníamos en frente al equipo más goleado de la división, pero ni por esa pudimos conseguir esos importantes tres puntos que nos hubieran colocado en séptima posición y en un lugar más cercano a nuestras aspiraciones.
Lo mejor del día, haber disfrutado con mis hijos y esposa del ambiente en el estadio. Mil fotografías con ellos para recordarlas el día de mañana. También me quedo con la cara de los 50 niños que tuvieron la suerte de asistir y disfrutar igualmente del ambiente, porque espero que se les olvide pronto lo que vieron durante los 94 minutos que estuvo el balón en juego.
En sus caras se les notaba la felicidad de vivir un partido en la Bombonera, gracias a la gestión de la Peña Sevillista de Huévar del Aljarafe, que una vez más, realizó una actividad cultural para todos los niños que han querido participar.
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