Ayer se consumó que de nuevo, como estamos acostumbrados ultimamente, la ciudad de Sevilla acogerá una semifinal en la que el Sevilla FC será el anfitrión, como no podía ser menos.
Tras la apabullante victoria en la eliminatoria (6-3) frente a unos de los mejores equipos de España, el Villarreal, nuestro equipo se mete de lleno para disputar un puesto en la final de la Copa del Rey que se celebrará el próximo Miércoles Santo.
Fue un partido brillante por parte de casi todos los jugadores del equipo (a excepción de Fernando Navarro) y muy consistente en todas las líneas.
Fue sorpresa la alienación que sacó Manzano, y todos los sevillistas que nos remolinábamos por los exteriores del estadio, nos asombrábamos cuando escuchamos que salia el equipo con ¡¡5 defensas!!. Todo salió muy bien, la sangría de los últimos partidos en la defensa se cortó y las bandas eran ocupadas y correteadas por Cáceres y Dabo, los cuales hicieron un trabajo excepcional.
Me gustaría resaltar la titularidad de Sergio Sánchez, una grata noticia para el mundo del deporte en general, ya que da opción a muchos deportistas a no tirar su carrera deportiva por un problema cadiovascular. Además, del juego desplegado por el catalán, dando muestras que el año inoperativo que ha tenido lo ha aprovechado para estar a tope.
Mención aparte la afición sevillista, para hablar de esta afición hay que ponerse de pie, y muy especialmente el grupo Biris Norte. Es increíble la forma de animar y de llevar al equipo en volandas. A pesar del poco público que se congregó finalmente (hay muchos socios acomodados y que se han acostumbrado muy rápido a la gloria futbolística, dejando a su equipo abandonado, si tú eres uno de ellos, piénsatelo, como siempre digo, el trabajo es lo primero, pero conozco a muchos que la exigencia demandada es descomunal) se animó hasta la extenuación y se consiguió el objetivo, lo tengo muy claro, fue decisiva la presión que sometió la grada a los dos equipos.
Este es el camino, si dejamos solo al equipo, caerá, de lo contrario, continuaremos soñando y viviendo éxitos deportivos.
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