Los grandes nombres de la imaginería de Sevilla, que le dan fama universal a su Semana Santa, se repiten también en las cofradías de la provincia. En ellas también es posible encontrar tallas de Juan de Mesa, Pedro Roldán, Francisco de Ocampo, Duque Cornejo o Hita del Castillo. Hay imágenes anteriores al siglo XVII, otras muchas del periodo Barroco y tallas de autoría anónima y singular valía. Es, en conjunto, un museo procesional en la calle, de gran variedad y que en muchos casos se presenta menos alterado por restauraciones y adaptaciones a modas que en Sevilla.
Para empezar podemos citar por ejemplo una de las imágenes más antiguas de la provincia, en Carmona. Desde la iglesia de San Felipe procesiona un crucificado, obra de Jorge Fernández Alemán y fechado en 1521, de marcado estilo tardogótico y que al parecer sería parte de un Calvario. Es la imagen procesional documentada más antigua de la provincia. Y es que Carmona cuenta con un patrimonio religioso que sorprende por su calidad y que sólo la capital supera. Hemos hablado de la imagen más antigua, pero la que posiblemente más destaque sea el Nazareno. Es obra de Francisco de Ocampo (1607), posiblemente la mejor del autor. Es de talla completa, por lo que además de su expresivo rostro hay que admirar la policromía y los pliegues de su túnica tallada. La devoción que despierta es enorme y la solemnidad de su recorrido el Viernes Santo por la tarde sobrecoge el espíritu. En esta hermandad todo tiene solera y medida. El palio es el más antiguo de Andalucía, singularísimo y bajo él encontramos otra joya, una Virgen de Duque Cornejo de 1696.
Si buscamos imágenes antiguas encontramos sobre todo crucificados correspondientes a las hermandades de la Veracruz, presentes en muchas de las localidades de la provincia. Es el caso de un crucificado del siglo XVI y de gran valía artística que encontramos en Marchena. Se trata del Cristo de la Vera Cruz que se atribuye a Roque Balduque.
En las Cabezas de San Juan procesiona el Cristo de las Misericordias, de estilo gótico tardío y de curiosa estética de influencias flamencas. En Écija encontramos al Cristo de la Salud, de comienzos del siglo XVI; el de Confalón del segundo cuarto del siglo XVI, que luce un sudario de tela para su salida procesional, y el de la Sangre, de Gaspar del Águila del año 1567, de estilo renacentista y cuyo sudario va pintado con hermosos motivos ornamentales y sigue el modelo del desaparecido crucifijo de San Agustín de Sevilla. También de la Vera Cruz es el crucificado que procesiona en Huévar y que algunos datan a finales del siglo XV, si bien ha sufrido diversas transformaciones.
Si damos un paso más en el tiempo, encontramos la figura de Juan de Mesa en la nómina de autores. Tiene dos tallas destacadas que procesionan en la provincia. En Las Cabezas de San Juan y en Osuna, ambos crucificados. El primero de ellos es el de la Vera Cruz y sale el Vienes Santo. Está fechado en 1624. El de Osuna es el Cristo de la Misericordia, imagen de tamaño académico y de sorprendente parecido al de los Estudiantes de Sevilla. Procesiona desde la Colegiata.
Pero la nómina de nombres de primera fila representados en la imaginería provincial es mucho más larga. Montes de Oca dejó en Carmona el Cristo sedente de la Humildad y Paciencia. Pedro Roldán en esta misma ciudad cuenta con el Cristo que preside el misterio de la Coronación de Espinas. El Nazareno y San Juan de Las Cabezas se atribuyen a la escuela de La Roldana. A esta autora se le atribuye directamente el Nazareno de Osuna, en cualquier caso una imagen bellísima y de gran personalidad. Si bien también hay quien la adjudica al hijo de Pedro Roldán, Marcelino. Y en Utrera hallamos una obra de Ruiz Gijón, que antes de marchar a Sevilla, dejó en su ciudad natal una excelente talla de un Cristo atado a la columna.
Si bien habitualmente son menos frecuentes los casos de dolorosas antiguas que han llegado a nuestros días desde sus orígenes en la provincia tenemos tallas de enorme valía. Entre ellas figura la Virgen de la Soledad, a la que los marcheneros conocen como «La cernicalera» por los cernícalos que anidan en su iglesia de Santa María de la Mota. La imagen es obra de Gaspar del Águila de 1570 lo que la convierte en una de las dolorosas más antiguas que procesionan en Andalucía. Nazarenos, Crucificados y Dolorosas conforman un auténtico museo de obras de la imaginería en la provincia que nadan tienen que envidiar a las de SevillaLa Virgen de las Angustias de Alcalá del Río es una obra de Montes de Oca realizada en el siglo XVIII y de singular belleza. Una imagen que conserva el aire antiguo propio de la estética de esta época y de la que se dice que llegó de un convento sevillano. Gabriel de Astorga tiene tallas destacadas como la Virgen de las Angustias de Las Cabezas de San Juan. La Virgen de las Angustia de Estepa está fechada en el siglo XVII y es de escuela granadina. Juan de Astorga firma la autoría de tres dolorosas en Osuna.
En Osuna encontramos una de las Dolorosas más interesantes de la provincia. La Virgen de los Dolores es de talla completa y hermosísima factura. Lleva las manos entrelazadas en actitud de rezar, manteniendo una imagen muy frecuente antaño y que lucían muchas dolorosas hasta que se impuso la «moda» de las manos abiertas y articuladas. Una estampa que nos devuelve a otra época. Es una obra del siglo XVII atribuida a la escuela de José de Mora.
La lista podría seguir de forma muy extensa incluyendo tanto imágenes de la época barroca como de la segunda edad dorada de la imaginería que corresponde con el siglo pasado, ya que existe representación en la práctica totalidad de los autores clave del periodo: Castillo Lastrucci, Antonio Illanes, Buiza, Sebastián Santos o Antonio Eslava, entre otros.
http://www.abcdesevilla.es/20100317/nacional-sevilla-semana-santa/joyas-procesionales-provincia-201003170015.html
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