
Que alegría sentirse aún un "aficionado de Champions" y que poquitos pueden decir lo mismo. Solo los cuatros equipos más grande de España se pueden enorgullecer de tal distinción, solo está reservado para los mejores, los inigualables y los más deseados.
Mi Sevilla F.C. certificó el pasado martes el pase a octavos de la máxima competición europea. Hemos dejado muy atrás el luchar por objetivos de equipos "segundones" y hoy en día, a pesar de la posición que ocupamos en la tabla clasificatoria de la Primera División, tenemos el objetivo de igualar lo realizado en la pasada campaña.
Estamos en el camino de conseguirlo, de hecho, ya hemos conseguido un reto muy importante y es clasificarnos para la siguiente fase de la Copa de Europa, esa Copa que fuéramos el primer club andaluz en disputarla, y hoy, volvemos a ellas para jugarla de verdad, y no, para pasar de puntillas y que se conozca nuestro nombre solo en el primer sorteo.
Nosotros jugamos a ganarla, no queremos quedar en tercera posición para volver a la UEFA (ehh, Paquito, ¿te enteras?), queremos seguir en el camino que estoy seguro que nos llevará a Moscú. Si nos respetan las lesiones, estoy completamente seguro que llegaremos al país del frío, y allí espero estar, para vivir mi séptima final "in situ", y volver a ver a nuestro capitán Javi Navarro, alzarse con el titulo más deseado por los grandes del balompié (uyyy, que poco me gusta esta palabra), mejor decir por los grandes del football.
Del partido del Arsenal que voy a decir que no esté ya todo dicho, solo me quedo con las palabras tras el partido realizadas por ese enorme entrenador llamado Arsène Wenger, y digo enorme por lo alto que es, porque para enorme el nuestro, el mejor entrenador del mundo, Manolo Jimenez.
Ahora toca centrarnos en la Liga, esa que este año nos volverá a dar alegrías, al igual que el pasado año, clasificándonos dentro de los 4 primeros.
Lo que si tengo claro es que conseguiremos grandes retos si la afición mantenemos la sintonía mostrada el pasado martes. Todos unidos, animando sin parar al equipo, ya que estoy seguro que eso que hablan del famoso "jugador nº 12", en el Estadio D. Ramón Sanchez Pizjuan es cierto, y que ayudamos a nuestros jugadores a desplegar su mejor fútbol.
No conseguimos nada si nos separamos, si nos dedicamos más a prestar más atención de lo que nos dicen esos medios de comunicación que quieren lo peor para nosotros, y de esos "ultras anti-sevillistas" que se disfrazan de sevillistas en los diferentes foros de internet y que solo desean la crispación entre la afición y el Consejo de Administración.
En nuestra mano está el dirigirnos hacia un lado o hacia otro, o estar con los nuestros (con los coloraos, como decía el maestro Bilardo) o estar con aquellos que desean vernos en lo más profundo de las miserias. Yo lo tengo claro, los mios son los de blanco y rojo, apoyando a muerte a mi entrenador, a mis jugadores y a mis dirigentes, porque tienen crédito de sobra para confiar en ellos.
Por tanto, es hora de centrarnos en nuestros objetivos, y cada uno de nosotros tenemos un cometido para ayudar a la entidad, y no es más que defender a muerte, con los motivos que todos sabemos, al Mejor Equipo del Mundo (ya van 15 meses).
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